A partir del 2016 arrancó el proyecto llevado a cabo por el Instituto de Ciencias Ambientales de la Universidad. Se hizo un arduo relevamiento y se recogieron las experiencias en las distintas sedes. Anteriormente se tiraban todos los residuos en un solo contenedor. Toda esa basura iba junta al vertedero de la Municipalidad de la Ciudad de Mendoza.
El proyecto UNCUYO SEPARA busca desinstalar la costumbre del recipiente único en el cual se tiran todos los residuos juntos. Se apunta a que los estudiantes de la Uncuyo integren esta idea, para ello se llevan a cabo importantes campañas de comunicación para lograr la conciencia ambiental.
En una primera etapa del proyecto se investigó cuantos kilos de residuos producía por día la Universidad. El dato es contundente: una tonelada de basura por día. Luego se clasificó y se describió que tipos de residuos se generaban y cómo se podían reutilizar.
Para ello se diseñó un sistema que consta de tres contenedores de colores diferentes. Los que se instalarán en la Escuela de Agricultura conformarán una isla interna en los pasillos de la Institución. En una segunda etapa también habrá contenedores en las oficinas administrativas, cerca de escritorios e impresoras.
Tres son los colores para identificar qué residuo va en cada recipiente:
Azul: para el papel seco y limpio (papel, cartón, cuadernos, folletería).
Amarillo: para envases secos y limpios (plástico, vidrio, tetrabrik).
Negro: para restos de comida, yerba, café y papel sucio o envoltorios (alfajor, tutuca, turrones los cuales son muy difíciles de recuperar)
En algunos colegios de la Universidad se utilizan los restos orgánicos para compostaje, no así en el campus universitario donde se hace dificultosa la logística para recuperarlos.
El proyecto forma parte del Programa de Residuos del Instituto de Ciencias Ambientales que forman parte de los Institutos Multidisciplinarios de la Secretaría de Extensión y Vinculación.